Cuando la Iniciativa Global de la Seguridad Alimentaria (GFSI – Global Food Safety Initiative) fue formada, a mediados del año 2000, para proporcionar una mejora continua y hacer el benchmarking de las normas de certificación de seguridad alimentaria existentes en el mercado, muchos pensaron que las auditorías de proveedores, denominadas auditorías de segunda parte, llegarían a su fin. Después de todo, sería más fácil exigir una certificación reconocida por la GFSI y así simplificar los procesos de calificación de proveedores.
Sin embargo, 21 años después, las auditorías de proveedores siguen siendo un tema extremadamente actual e importante. Si estás en el sector alimentario, ya seas ingeniero, nutricionista, agrónomo, veterinario, biólogo o de cualquier otra formación y trabajas en el área, seguramente ya has pasado por una auditoría de segunda parte, ya sea como solicitante o como receptor.
Lo que ocurrió es que la comprensión de la dinámica del mercado no tardó en llegar: aunque grandes empresas continúan negociando y/o solicitando a sus proveedores que presenten una certificación de tercera parte, reconocida por la GFSI, como BRCGS o IFS (las más difundidas en Brasil), muchos proveedores más pequeños no consiguen atender a esta exigencia debido a la limitación de recursos (humanos, de infraestructura y/o financieros).
Debido a ello, se desarrollaron opciones para estas industrias para que ellas también pudieran demostrar el cumplimiento de las buenas prácticas de fabricación y seguridad alimentaria.
La misma GFSI lanzó, en 2008, el Programa Global Markets con el objetivo de ayudar a las empresas más pequeñas o menos desarrolladas (dentro de un programa evolutivo con niveles secuenciales) a obtener la certificación futura en esquemas de seguridad alimentaria completos y reconocidos internacionalmente. Las normas reconocidas por la GFSI se unieron a la tendencia y actualmente cada una de ellas tiene su propio programa de desarrollo dirigido a pequeñas empresas o empresas incipientes. Estos programas se clasifican como auditorías de segunda parte.
Mientras que las auditorías de tercera parte consisten en auditorías de certificación en una norma internacional, reconocida (o no) por la GFSI, las auditorías de segunda parte, a menudo llamadas auditorías de proveedores, son auditorías externas realizadas en los proveedores de la empresa. Tienen como objetivo evaluar criterios importantes para la organización que está contratando productos o servicios. Normalmente, esa organización contratante posee una certificación de tercera parte reconocida por la GFSI y, dentro de los criterios de calificación de proveedores, establece la auditoría de segunda parte como una forma de evaluación.
Pero, más allá de cumplir con requisitos de las certificaciones en boga, las auditorías en proveedores de alimentos aseguran además de la estandarización de productos, lo más fundamental cuando se trata de alimentos: la sanidad y seguridad de lo que se ofrece al consumidor final y a la cadena de suministro.
Obtener, mediante auditorías independientes, un radiografía de tu cadena de proveedores, generando datos estadísticos que te permitan medir y, más que eso, mitigar riesgos, es esencialmente importante en una economía globalizada, donde un producto puede incluir componentes de numerosos países.
Las auditorías de segunda parte realizadas por empresas independientes del área, con profesionales técnicamente calificados, generan condiciones de mejora en la cadena, los aspectos son muchos:
Diagnóstico real: Las auditorías generan información real de un proveedor determinado, como una fotografía del momento respecto a su producción, sus controles internos y la seguridad de lo que está produciendo;
Mitigación de Riesgos: Con un diagnóstico de la cadena de proveedores, se posibilita al cliente la creación de mecanismos y controles para reducir riesgos a la seguridad alimentaria en sus proveedores, haciendo que los productos/insumos suministrados sean más seguros;
Cumplimiento de requisitos: Las certificaciones GFSI (BRCGS, IFS, SQF, entre otras) exigen que las industrias certificadas tengan herramientas para garantizar el cumplimiento de requisitos por parte de sus proveedores. En este caso, un programa de auditorías implementado es la principal alternativa encontrada, la más económica y eficaz.
Estrechamiento de relaciones con proveedores clave: Una vez que desempeñas el papel de fomentar la mejora de tu cadena y ofreces a tu socio/proveedor herramientas de mejora, se crea un ambiente de cooperación y alineación de estrategias, sensibilizando al proveedor para cumplir con los estándares necesarios.
Esta es la comprensión que viabilizó, por ejemplo, el proyecto de desarrollo de proveedores APAS, que utiliza la lista de control del Programa Global Markets de la GFSI y presenta a los proveedores de las mayores redes minoristas del país un modelo escalable de mejora continua.
El programa consiste en dos modelos de listas de control – una básica y otra intermedia - y a medida que el proveedor realiza sus auditorías y mejora su proceso, se acerca a las certificaciones reconocidas por la GFSI. En promedio, una pequeña industria tarda cerca de cuatro años en estar apta para certificarse en alguna norma internacional.
Hoy en día, el 100% de los proveedores de marca propia de las redes minoristas realizan auditorías al menos anuales en este estándar y poseen compromisos de certificación con sus clientes.
Para los proveedores, que reciben las auditorías, los beneficios son enormes:
Reducción de costos por productos no conformes;
Disminución de los riesgos de retiro o recall, cumplimiento de requisitos legales;
Mejora en la seguridad de los alimentos, hasta la mejora en la satisfacción y confianza del cliente;
Disminución en la cantidad de devoluciones, menores costos en la estrategia de ventas y apertura de nuevos mercados.
Esto se debe a que hay una base de datos de APAS que reúne todas las empresas auditadas y las redes minoristas utilizan esta base para buscar nuevos proveedores y desarrollar nuevos productos y tecnologías.
Posteriormente, una vez certificada, estar en una base de datos mundial de industrias aptas es una vitrina de negocios. Actores del mercado buscan diariamente proveedores con esta característica.
Brasil es un actor principal en la economía mundial cuando se trata de producción de alimentos. Según datos de la ABIA (Asociación Brasileña de las Industrias de Alimentos), la industria brasileña de alimentos y bebidas es la mayor del país: representa 10.6% del PIB brasileño y genera 1.68 millones de empleos formales y directos. Brasil es el segundo mayor exportador de alimentos industrializados del mundo, llevando sus alimentos a 190 países.
Sin embargo, si miramos más a fondo veremos que de las 36.1 mil industrias de alimentos existentes en el país (annuario ABIA 2019/2020), solo alrededor de 754 industrias poseen una certificación de tercera parte reconocida por la GFSI, lo que equivale a escasos 2.08%. Esto significa que queda un largo camino por recorrer para las industrias (principalmente las pequeñas y medianas) para que realmente haya un estándar de Seguridad Alimentaria contextualizado. Todavía estamos comenzando a construir modelos que den a los actores del mercado la seguridad que necesitan.
De esta manera, las auditorías de segunda parte y los programas de desarrollo - al igual que Global Markets ya mencionado anteriormente - son los caminos que las empresas están tomando para estabilizarse en un mercado cada vez más competitivo. Y este primer paso necesita ser dado.
La búsqueda de industrias, si se orienta hacia las certificaciones mundiales de seguridad alimentaria, abrirá mercados antes inexplorados y las llevará a otro nivel, con acceso a mercados externos, grandes clientes y visibilidad internacional.
Hasta mediados de esta década, será determinante para la cadena de alimentos tener un Sistema de Gestión de Seguridad Alimentaria implementado y, preferiblemente, certificado. Si tu industria aún no ha comenzado a prepararse, busca una organización que pueda ayudarte a lo largo de todo el proceso, ofreciendo entrenamientos, auditorías de segunda parte y auditorías de tercera parte.
QIMA/WQS está aprobada por protocolos reconocidos por la GFSI, entidades gubernamentales y grandes minoristas de alimentos. Nuestro equipo de profesionales en seguridad alimentaria innova y simplifica nuestros procesos para ofrecer a nuestros clientes transparencia, agilidad en el mercado y control sin precedentes sobre toda su cadena de suministro de alimentos.
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