El 14 de septiembre, la Comisión de la UE emitió su Propuesta de reglamento sobre la prohibición de productos fabricados con trabajo forzoso en el mercado de la Unión. La propuesta pretende prohibir todos los productos elaborados con trabajo forzoso del mercado de la UE, sin apuntar a empresas o sectores específicos.
La propuesta surge a raíz del último informe sobre las Estimaciones Globales de la Esclavitud Moderna por la OIT, Walk Free y la OIM. El informe, publicado el 12 de septiembre, se centra en el trabajo forzoso y el matrimonio forzoso. Según el informe, se estima que 50 millones de personas vivían en esclavitud moderna, de las cuales 28 millones en trabajo forzoso y 22 millones en matrimonio forzoso.
El informe concluye que ningún país o región en el mundo puede afirmar que no tiene trabajo forzoso. La mayoría (85%) del trabajo forzoso se encuentra en el sector privado, siendo los principales sectores servicios, manufactura, agricultura y trabajo doméstico. Se destaca que los trabajadores migrantes son especialmente vulnerables a terminar en trabajo forzoso, debido a una migración mal gestionada y prácticas de reclutamiento poco éticas.
Las Leyes sobre la Esclavitud Moderna han existido en el Reino Unido y Australia durante varios años. Más recientemente, EE. UU. ha intensificado sus actividades de ejecución sobre prohibiciones de productos con trabajo forzoso, primero con Órdenes de Retención y Liberación (WROs) bajo la Ley Arancelaria de 1930 de EE. UU. (Sección 307), prohibiendo las importaciones de bienes y productos extraídos, producidos o manufacturados total o parcialmente en cualquier país extranjero mediante trabajo forzoso. Para los envíos sujetos a un WRO, las empresas pueden optar por reexportar los bienes o presentar pruebas a la CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza), demostrando que los productos no fueron fabricados con trabajo forzoso.
Y ahora la UE está dando los siguientes pasos en lo que se llama una prohibición de mercado. Aunque la UE no espera apuntar a empresas o sectores específicos, realizará una evaluación de riesgos para enfocar sus esfuerzos. Las autoridades de los Estados miembros pueden iniciar investigaciones en profundidad basadas en sospechas bien fundamentadas de productos fabricados con trabajo forzoso. Cuando se confirma el trabajo forzoso, los productos serán retirados del mercado de la UE y prohibidos de ingresar al mercado de la UE. La empresa no podrá reexportar los productos, sino que se espera que los elimine.
Está claro que la esclavitud no es cosa del pasado. En cambio, las crisis pasadas y actuales han provocado un aumento en el trabajo forzoso, afectando a todos los países, sectores, géneros y edades. A medida que los gobiernos buscan evitar que los productos fabricados con trabajo forzoso terminen dentro de sus fronteras, las empresas deben tomar medidas ahora aumentando la transparencia mediante el mapeo de su cadena de suministro y evaluándola en busca de riesgos de derechos humanos y de trabajo forzoso.
Profesionales que necesitan que sus productos cumplan con la normativa de la cadena de suministro y los estándares de calidad específicos de los países donde se venden sus productos
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